De acuerdo con la autora, esta investigación devela si realmente el Bogotazo, ocurrido el 9 de abril de 1948, provocó el cambio en el espacio público de la ciudad. “Lo que encontré revisando la ciudad antes y después de este acontecimiento es que ya se venía presentando una afectación y desaparición de los espacios públicos, y una fuerte especulación del suelo”, afirma. 

En consecuencia, señala el resumen del texto, el Bogotazo aceleró un proceso que venía sucediéndose de transformación urbana y arquitectónica basado en una lógica mercantil. Sin embargo, aquel acontecimiento afectó fundamentalmente las prácticas sociales que estaban generando un espacio público dinámico y potencialmente antagonista y conflictivo. La víctima de El Bogotazo fue el espacio público, pues, fundamentalmente, se interrumpió su producción social, y los espacios existentes sufrieron una depreciación física y simbólica.

En términos de uso y apropiación, la investigación permitió concluir que “el ascenso en popularidad de Jorge Eliécer Gaitán había generado una masiva participación en actos públicos de las clases obreras, los marginales y los migrantes que se tomaban la ciudad. Eso molestó a quienes se sentían dueños de esta”, cuenta la autora. 

“Cuando nos apropiamos del espacio público, lo usamos, lo reinventamos y nos convertimos en ciudadanos, dejamos de ser meros habitantes para comprometernos con su construcción y producción socio cultural. Hoy que estamos transitamos por esta cuarentena, extrañamos y valoramos esos espacios públicos; las calles, plazas, parques están vacíos, por esto quizás es un momento para reflexionar sobre la importancia del espacio público. El aislamiento nos reduce al solo hecho de habitar la ciudad y no de vivirla”, puntualiza.  

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