Estas ideas se discutieron en el marco del foro“El POT de Bogotá: ¿hacia una visión integrada y sustentable del territorio?”, organizado por el Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la U.N con el fin de “poner en discusión pública los asuntos relacionados con la formulación y modificación del POT en la capital, toda vez que el vigente data de 2004”, señaló el profesor Carlos Alberto Patiño, director del IEU.

Frente al tema ambiental, la consultora María Mercedes Maldonado comentó que “el alcalde de Bogotá nos propone echar para atrás en materia de estructura ecológica principal con su pretensión de urbanizar la reserva Thomas van der Hammen y la zona de protección y manejo del río Bogotá, entre otras medidas”.

Ante este problema, la investigadora Maldonado consideró que para satisfacer las necesidades económicas sin perjudicar la reserva Van der Hammen, el río Bogotá o los cerros Orientales, “existen posibilidades de suelo en el plan zonal del norte, en parte de Usme y en otros sectores dentro de la ciudad”.

Por su parte, el profesor Gonzalo Andrade, del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la U.N., apuntó a que el territorio es sostenible cuando “confluyen el desarrollo económico y la conservación de ecosistemas. Para eso tiene que darse un diálogo entre todos los sectores”.

El docente señaló, además, que Colombia es el país que tiene más conflictos ambientales (72) en América Latina.

Con respecto a la inclusión del campo, Martha Triana, del Consejo Territorial de Planeación, resaltó que el 75 % del territorio de Bogotá es rural, lo cual supone un gran reto en materia de seguridad alimentaria, acceso al agua y sostenibilidad ambiental.

A su vez, Fernando Montenegro, profesor del IEU, precisó que es muy difícil que exista una región sin los campesinos, por lo que es necesario buscar los mecanismos para que ellos no abandonen el campo.

Momento clave para Bogotá

La actualización del POT llega en un momento clave para la capital. Según señaló Andrés Ortiz, secretario distrital de Planeación, la población de la capital está creciendo en un 1 % al año.

En ese orden de ideas, señala el funcionario, Bogotá (y su periferia) podría llegar a los 13 millones de habitantes en 2050.

Así mismo, Bogotá es cada vez más densa. En algunas localidades como Suba, Bosa, Kennedy, Engativá y Usme, la densidad alcanza hasta las 700 personas por hectárea, cuando otras zonas de la capital llegan solo a 206.

Otro desafío para la capital es la recuperación del centro. Cabe resaltar que, según la encuesta “Bogotá Cómo Vamos”, la zona de menor prosperidad es la de Santa Fe.

Un reto más es la recuperación del espacio público, si se tiene en cuenta que en Bogotá cada habitante tiene 4,23 m2, cuando la medida recomendada por los organismos internacionales de salud es de 10 m2.

Tampoco hay que olvidar el desafío que le espera a la capital en materia de movilidad. El profesor Montenegro y otros expertos llamaron la atención sobre la falta de vías alternativas en Bogotá y en su periferia.

Participación ciudadana

“El POT requiere de una participación amplia, aunque estamos en un momento en el que la sociedad está esperando una respuesta mucho más fuerte por parte de la administración local”, comentó el profesor Patiño.

Ante este fenómeno, otro de los participantes resaltó la importancia de que cualquier intervención sea consultada con los ciudadanos, en especial con los que resulten directamente afectados.

Daniel García Cañón, Viceveedor Distrital, planteó así una de las soluciones: “a veces el tecnicismo nos embolata. Es necesario plantear medidas comprensibles para promover la participación y el control social. Si no tenemos en cuenta la voz de la gente, luego vienen las acciones populares y las cargas administrativas”.