Manizales está asentada en suelos frágiles de origen volcánico porque son las cenizas del volcán Nevado del Ruiz; es un territorio sensible a las lluvias y vulnerable a deslizamientos de tierra. De esta situación ha sido consiente la ciudad y por esto lleva décadas trabajando frente a los fenómenos naturales.

Según el doctor en Ingeniería Sísmica y Dinámica Estructural y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, Omar Darío Cardona, la ciudad es famosa a nivel internacional por las 970 obras de estabilidad que adelanta para control las aguas y evitar los deslizamientos.

“Los estudios de riesgo de Manizales, de temas sísmicos, deslizamientos e inundaciones son un ejemplo; todo esto está en el POT como determinante y estructurante del ordenamiento territorial de la ciudad, es un ejemplo de lo que se ha venido haciendo durante décadas con el apoyo de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.)”, explicó el académico.

Como muy pocas ciudades en Colombia, la capital caldense ha logrado incorporar de manera eficiente la gestión del riesgo de desastres en su Plan de Ordenamiento Territorial, gracias a la implementación de diferentes estrategias; una de ellas tiene que ver con una sobre tasa ambiental que se cobra con el impuesto predial. (Lea también: Gestión del riesgo: Un avance en el POT de Manizales)

Además, los ciudadanos de estrato 3, 4, 5 y 6 están pagando un seguro a su vivienda (también por medio del impuesto predial) a un valor inferior al de un seguro particular. Se trata de un subsidio cruzado para favorecer a los estratos 1, 2 que no están en la capacidad de pagar este impuesto. “Esto no lo tienen ninguna ciudad en América Latina”, insistió el ingeniero civil.

El profesor Cardona destacó la inclusión del concepto de “áreas de desarrollo condicionado”, que reemplazaron lo que en la Ley 388 de 1997 se definía como suelos de protección por riesgo alto. Con esta categorización se puede determinar qué zonas deben ser inhabilitadas para uso de suelo urbanizable, sin tener que vetarse hasta realizar los estudios detalladamente.

“A la luz del principio de gradualidad se puede hacer un proceso de desarrollo diferido de tal manera que a lo largo de un POT (12 años) se hagan los estudios detallados y se determine finalmente si es zona de protección o no”, explicó.

No obstante, aclaró que a pesar de los avances, Manizales no está completamente blindada, por lo que se han presentado problemas como los registrados recientemente en la ladera del Cerro de Oro. “Se necesitan unos 3 mil millones de pesos para completar unas obras que faltaban allí; esta situación y las fuertes lluvias que se han registrado por esta época del año hizo que el terreno se inestabilizara”, contó.

En este sentido, puntualizó que la ciudad tiene zonas donde se han conformado asentamientos humanos vulnerables y por esto la lucha destacada de la Administración y la U.N. para la reubicación de las viviendas.

“Manizales ha sido un ejemplo, pero es la excepción. No se puede decir que lo que ocurre en esta ciudad pasa en todos los 1.122 municipios de Colombia”, finalizó.