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Manifestaciones del 21N, un hito histórico

Publicado el Viernes, 22 Noviembre 2019, en Divulgación académica, Destacados

Las manifestaciones realizadas el jueves 21 de noviembre, 21 N, se han convertido en un hito histórico en la larga lista de movilizaciones que se registran desde el 9 de abril de 1948.

Manifestación en la Plaza de Bolívar de Bogotá - 21N / Foto Paola Medellín
*Por Fabio Zambrano Pantoja

El 14 de septiembre de 1977 se realizó una amplia protesta popular conocida como el paro cívico nacional. Luego de una convocatoria de las centrales obreras a una protesta que buscaba la movilización obrera, a ésta se le sumaron los estudiantes, los maestros, y habitantes de los barrios del sur de Bogotá dando como resultado una gigantesca participación popular, que levantaron barricadas en diferentes lugares de la capital. El partido conservador, en oposición al gobierno liberal de Alfonso López Michelsen (1974-1978) fue definitivo para amplificar un movimiento que se constituyó en un hito histórico en el registro de movilizaciones capitalinas.

Las lecturas de este movimiento fueron diversas. Para el gobierno se trató de una acción de la subversión que buscaba tomarse el poder. Para la subversión, la amplia participación popular señalaba que se estaba en un momento prerrevolucionario y que sólo faltaba agregarle las armas y se consolidaba la toma del poder. Al finalizar el año la cúpula militar presionó al presidente López a tomar medidas radicales para reprimir la subversión; ante su negativa, dejó a su sucesor, Turbay Ayala, la aplicación de éstas en el conjunto de acciones llamadas Estatuto de Seguridad. Las guerrillas a su vez  tomaron el impulso que conocemos en la escalada belicista de los años ochenta. 

La lectura que estuvo ausente fue la de buscar las causas del descontento popular. La carestía de la vida, la fuerte exclusión social, los déficits de servicios públicos, el alto desempleo, no aparecieron como causales y por lo tanto no fueron atendidas ni se buscaron soluciones para lograr mejores condiciones de vida. Hoy podemos afirmar que los diagnósticos fueron errados y como resultado de ello las políticas, tanto estatales como de los movimientos de izquierda fueron nefastos. 

Las manifestaciones realizadas el jueves 21 de noviembre, 21 N, se han convertido en un hito histórico en la larga lista de movilizaciones que se registran desde el 9 de abril de 1948. Esta movilización tuvo varias características novedosas que la diferencian de las anteriores. En primer lugar, se realizó en centenares de municipios distribuidos en toda la geografía nacional. Desde el Caribe a la Amazonia, de los Andes al Pacífico, en pueblos y ciudades, muchos de ellos donde por primera vez se realizaba una manifestación como fue el caso de Puerto Leguizamo, Putumayo, como también en la Alta Guajira. 

Si el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán se le atribuyó a un “complot comunista”, desde entonces atribuirle a fuerzas oscuras la razón de la amplitud de los movimientos sociales se ha convertido en el motivo que servía para criminalizar la protesta social. La novedad en este del 21 N fue la primera vez no se le echa la culpa a la subversión, superado el pretexto de que todo era el resultado de un plan originado en el “foro de Sao Paulo”, argumento tan difuso que pronto desapareció.

Se trató de una manifestación policlasista y sin una organización única, otra característica original de este 21 N, además de haber varias manifestaciones en ella. Una, la multitudinaria marcha de gentes, otra los desmanes de los vándalos y finalmente el gigantesco cacerolazo nocturno que en modo festivo pero contundente, cubrió toda la ciudad. A las diez de la noche la ciudad estaba en “modo carnaval”, modo que se usó para manifestar con alegría y en ambiente familiar, que se protestaba y que los actos vandálicos fueron un hiato en la protesta. 

Fueron tan masivas las participaciones y dicientes del rechazo al actual gobierno, fueron tan claras los mensajes que los participantes expresaron, que es difícil que el gobierno no las escuche, no las entienda y no las convierta en políticas públicas. Sin embargo, tampoco sería una sorpresa que no lo hiciera, puesto que luego de que más de once millones de colombianos votaron a favor de que el Estado tomara medias contra la corrupción en el referendo del 26 de agosto de 2018, todas estas ilusiones fueron engavetadas por el presidente Duque, luego de que convocó a todas “las fuerzas vivas de la nación” a una reunión en la sede presidencial, prueba de su política participativa. Se logró una fotografía de políticos de izquierda, centro y derecha, todos juntos y sonrientes, pero ninguna medida efectiva.

Las enseñanzas de un errado diagnóstico y equivocadas estrategias es lo que debemos aprender del paro cívico de 1977.

  • *Coordinador de la Maestría en Gobierno Urbano del Instituto de Estudios Urbanos (IEU).

    • Etiquetas: 21 de noviembre, 21N, cacerolazo, Manifestación, Marchas, Paro Nacional
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