Susana Lucía Manotas Llanos*

El estudio organizacional y funcional de lo urbano es necesario para diseñar propuestas que pretendan garantizar una mayor eficacia de los procesos administrativos y en la prestación eficiente de los servicios públicos (Fernández Güell, 2018, p. 31). Los ciudadanos requieren de las dependencias estatales una mayor capacidad para producir resultados satisfactorios en la gestión y resolución de problemas públicos (Rosas, 2019). 

El alcance de dicho propósito conlleva mayores niveles de especialización de los funcionarios, cooperación y coordinación entre las organizaciones e, indiscutiblemente, una mayor participación democrática de los mismos. De este modo, el aumento del poder de las ciudades desafía su gestión y obliga a analizar las adaptaciones que se realizan en las estructuras organizacionales como respuesta a dichos requerimientos. 

La innovación organizacional es técnica y administrativa, pero al mismo tiempo está obligada a ser concebida como un medio para ofrecer servicios renovados, bajo nuevas relaciones, a la ciudadanía. De acuerdo con lo anterior, es indispensable que los gobiernos locales emprendan análisis reflexivos sobre sus estructuras, el mejoramiento de la calidad de sus servicios y a tener mejor relación con agentes externos (Torres Fragoso, 2012). Los gobiernos del Distrito Especial Industrial y Portuario de Barranquilla en la última década han establecido cambios en su estructura organizacional, ¿esto obedece a una nueva gestión pública que es consciente de dichas circunstancias? 

Bajo una continuidad o estabilidad en los actores políticos y tomadores de decisiones, la administración central ha cambiado dos veces su estructura orgánica en un período de cinco años. Aunque han sido pocos los cambios, éstos han sido significativos y abren las puertas para una serie de hipótesis y reflexiones alrededor de la visión de ciudad, de aglomeración del territorio y, por supuesto, de su fortalecimiento en su estructura institucional para abordar las complejidades sociales que en ella se presentan.

Para la edición del boletín del Instituto, este escrito es solo una descripción de dos estructuras organizacionales establecidas mediante Acuerdos en el Distrito de Barranquilla durante el 2016 y el 2020. Un análisis para evidenciar rupturas, continuidades, avances o retrocesos en su organización requiere de un margen mucho más amplio que es interesante realizar debido a la continuidad política, ideológica y programática de determinados actores en las posiciones de gobierno. 

En términos generales, la estructura orgánica de la administración central del Distrito de Barranquilla y sus cambios (ver tabla) permiten inferir que hay una alerta alrededor de las dinámicas globales y la rápida respuesta que se requiere de los gobiernos locales alrededor de las ciudades. Esta afirmación se sustenta con la inclusión de una Oficina de Relaciones Internacionales, otra de Cultura Ciudadana y una Gerencia de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). 

En consecuencia, es importante a corto plazo iniciar las evaluaciones de desempeño de estas dependencias y el impacto o beneficio por el desarrollo de su gestión. El Observatorio del Sistema de Ciudades señala en su Atlas del Eje Caribe que el avance en estas áreas hace parte de los aspectos a priorizar; en ese sentido, se espera que la inclusión de estas oficinas y gerencias en la estructura organizacional respondan a las necesidades que este estudio y, seguramente, otros han evidenciado para el Distrito y su área de influencia. 

Mantener altos niveles de bienestar social es la meta de la mayoría de los gobiernos; sin embargo, el desempeño de la ciudad de Barranquilla en este aspecto es crítico. En la estructura orgánica vigente se ha incluido la Gerencia de Desarrollo Social, la cual se encargará de “coordinar y articular las etapas de planeación, ejecución, seguimiento y evaluación de los planes, programas y proyectos relacionados con la gestión y el desarrollo social del distrito” (artículo 34). 

La Secretaría de Desarrollo Social que ya se encontraba en la estructura orgánica del 2016 se mantiene en la actual y es la encargada de “formular, implementar y evaluar políticas públicas, estrategias, planes, programas y proyectos para la disminución de la brecha social” (art. 69). Ante estas dos dependencias aparentemente destinadas a una misma causa nos lleva a cuestionarnos si la existencia de una gerencia y una secretaría sobre un mismo aspecto replica los modelos burocráticos tradicionales y que están lejos de responder eficazmente las nuevas necesidades y demandas.

Lo mismo se podría manifestar sobre la Gerencia de Proyectos Especiales y la Secretaría de Recreación y Deportes. La nueva Gerencia tiene como función primaria “articular los procesos y gestionar la promoción del Distrito Especial Industrial y Portuario de Barranquilla como destino de eventos nacionales e internacionales que conlleven al posicionamiento de la ciudad para la realización de grandes eventos de manera articulada con los programas y proyectos establecidos en el Plan de Desarrollo Distrital y las diferentes dependencias de la Entidad” (art. 35). 

Nos cuestionamos: ¿Es necesaria la creación de una gerencia cuando son funciones que se pueden establecer a una oficina ligada a la Secretaría? Nuevamente, ¿modelos burocráticos tradicionales o fortalecimiento institucional para generar más capacidades para el financiamiento del desarrollo urbano? 

Estos cambios estructurales en la administración del Distrito no pueden verse de manera aislada, tampoco considerar que sus efectos solo llegan hasta donde están establecidos sus límites territoriales. Es necesario empezar a debatir alrededor de la gobernabilidad metropolitana y en esquemas que permitan integrar mejor a los demás municipios que conforman el área metropolitana. Las mayores capacidades institucionales de unos deben ser una fortaleza para los otros; por lo tanto, es un reto la integración con el resto de los municipios. 

Al mismo tiempo, estas reformas para algunos pueden considerarse rápidas y sin un norte claro. En ese sentido, es válido también cuestionarse si son improvisados o responden a una visión/proyecto de ciudad o es una respuesta ágil y acertada al entorno global y local. Referencias

Fernández Güell, J. M. (2018). Planificación estratégica de ciudades, nuevos instrumentos y procesos. Reverté. Barcelona. 

Observatorio del Sistema de Ciudades. (2018). Atlas, aglomeraciones y ciudades uninodales del Eje Caribe. 

https://osc.dnp.gov.co/administrator/components/com_publicaciones/uploads/Atlas_Aglomeraciones_y_ciudades_uninodales_del_eje_caribe.pdf

Por el cual se adopta la estructura orgánica de la administración central de la Alcaldía del Distrito Especial, Industrial y Portuario de Barranquilla. Decreto Acordal No. 0941. (2016).  

Por el cual se adopta la estructura orgánica de la administración central del Distrito Especial, Industrial y Portuario de Barranquilla. Decreto Acordal No. 0801. (2020). 

Rosas Huerta, A. (2019). Capacidad institucional: Revisión del concepto y ejes de análisis. Documentos y Aportes en Administración Pública y Gestión Estatal, 19(32), 81-107. https://doi.org/10.14409/daapge.v19i32.8482

Torres Fragoso, J. (2012). Innovación en los gobiernos locales en Iberoamérica. Posibilidades a partir de la nueva gerencia pública. Estudios Gerenciales, 28(spe), 281-302. http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-59232012000500015&lng=en&tlng=es.