Los académicos hablaron de la relación entre literatura y ciudad a partir de sus experiencias en Bogotá y Cartagena. Coincidieron en que la literatura representa el contexto de las ciudades en ciertos momentos de la historia. 

El historiador  Javier Ortiz Cassiani habló de la importancia de los viajeros que pasaron por Cartagena de Indias durante el siglo XIX y los primeros años del siglo XX, que jugaron un papel fundamental en la visión que se tiene sobre la ciudad. 

“Casi siempre que se habla de Cartagena en el siglo XIX se hace referencia a la idea de una ciudad en crisis, a la cual contribuyó la literatura de los viajeros”, dijo. “Esa literatura de viajes ayuda a construir la noción del siglo XIX decrépito de Cartagena de Indias, de ese pasado carente de gloria y la supuesta idea de que la gloria estuvo en los tiempos coloniales”, agregó. 

Por su parte, Alejandra Jaramillo Morales, escritora y profesora de la Universidad Nacional de Colombia, reflexionó sobre el tejido entre la historia y la literatura que va dando cuenta de los acontecimientos que se viven en la ciudad. Hizo un recorrido rápido por la historia literaria de Bogotá, por las formas de contar que han ido apareciendo a lo largo del siglo XX hasta llegar a nuestros días.

“Todas las ciudades como espacios y como conglomerado de seres humanos son un campo de significación que la literatura observa y recrea. Los escritores y escritoras no sólo tienen la ciudad como el espacio en el que suceden sus historias, ese telón de fondo que es la vida en la ciudad para los hombres y mujeres contemporáneos. También encuentran en la ciudad fuentes para la representación de las historias que allí suceden”, afirmó. 

La poeta y ensayista Luz Mary Giraldo, profesora de la Universidad Javeriana, hizo referencia a cómo se ha construido la ciudad y como ha sido percibida a lo largo de la literatura colombiana. Para la académica, es claro que las representaciones literarias guardan memoria de la ciudad como escenario o reflejan su permanente mutación y la manera de afectar a sus habitantes y transeúntes en su sensibilidad, modo de vida y expresiones sociales y culturales. 

“Los imaginarios de los escritores colombianos sobre algunas ciudades han variado según sus concepciones, experiencias y formas de conocimiento, representandolas en la ciudad Arcadia (responde a modelos sagrados o culturales); en la Histórica (alianza con historia y transeúntes, reconstruyendo dinámicas del pasado); y la Contemporánea (mundo en crisis en situaciones migratorias experiencias apocalípticas, paródicas y de no lugar)”, aseguró. 

¿Puede una obra literaria representar la totalidad de una ciudad?

La escritora Alejandra Jaramillo reconoció que no es fácil elegir una novela que represente a Bogotá, aunque recomendó el libro “Delirio” de Laura Restrepo. “Es una novela muy importante en la literatura colombiana que muestra una Bogotá doble: una de clase alta y otra de clase baja; es un texto que muestra un arribismo terrible pero sobre todo la relación de la ciudad con el narcotráfico”, señaló.  

No obstante, la profesora Luz Mary Giraldo sostuvo que la ciudad es un mosaico de territorios y por tanto es complejo que una novela recoja esa diversidad. “Esto sí lo hace la novela argentina Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sabato, un libro que permite hacer un recorrido por todos los tipos de ciudad”, indicó.

“Delirio representa básicamente a una clase social, la decadencia de una sociedad por el narcotráfico, la crisis de una familia de ese universo y el personaje que es el delirante, es la analogía de lo que sería Colombia en esa terrible decadencia”, señaló. 

“Tendría que tomar una y otra novela para hacer esa suma de territorios y decir: la literatura colombiana tiene tales novelas sobre la ciudad y estas representan su universo y a sus personajes”, dijo la profesora. 

Por su parte, el historiador Ortiz Cassiani resaltó la novela “2666” del escritor Roberto Bolaño. “Es clave porque no he encontrado una mejor explicación del tema de los feminicidios en Ciudad Juárez de la que encontré en esa novela. La parte en la que Bolaños se dedica a explicar la complejidad urbana, el conflicto y la realidad a partir de la cual busca una explicación a estos feminicidios”, puntualizó.