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"La normatividad está orientada a convertir en negocio el manejo de los residuos sólidos"

Publicado el Lunes, 29 Octubre 2018, en Divulgación académica, Destacados

Las Administraciones le han encargado a empresas privadas el manejo de los residuos sólidos municipales, sin tener en cuenta la protección de los usuarios, con lo cual el interés general de la población se ve vulnerado.

Foto UAESP

 

A esta conclusión llegaron los profesores Alfredo Manrique, con estudios en Sociología y Administración Pública, y Pedro Ramos, ingeniero en Mecanización Agrícola, en el programa Observatorio de Gobierno Urbano del IEU, que se transmite por UN Radio, bajo la conducción de Miguel Silva, doctor en Filosofía.

Según explicó el profesor Manrique, los municipios son los encargados de prestar a todos sus habitantes el servicio público de aseo de manera eficiente, sin embargo, la mayoría ha optado por dejar en manos de particulares esta responsabilidad, mediante concesiones y contratos “no muy benéficos para el interés general”.

“Este representa un gran desafío en la gobernanza de las ciudades, porque este mal negocio podría ser una nueva fuente de ingresos para las ciudades”, advirtió.

En esto coincidió el profesor Ramos, quien agregó que la Ley 142 de 1994, por la cual se establece el régimen de los servicios públicos domiciliarios, condujo el servicio de aseo a un negocio de libre competencia, en el que el particular busca maximizar sus ganancias, “dejando el interés general destruido”, dijo.

“Básicamente toda la normatividad está orientada a hacer rentable la manipulación de los residuos”, insistió el académico. A esto se suma que el modelo planteado por los privados se centra en el enterramiento de los residuos y en la recolección y el transporte, cuando lo que urgen son modelos de gestión distintos que promuevan el tratamiento y aprovechamiento de los residuos.

Al respecto, Ramos recordó que la Corte Constitucional exhortó a la CRA (Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico) para que incluyera el término de aprovechamiento dentro de la fórmula tarifaria, sin embargo, al anexarla se estableció una condición: que el costo del aprovechamiento no podía superar el de la disposición final; una decisión que desconoció que efectivamente es más costoso invertir en plantas de tratamiento pero que en economía de escala resultan ser más rentables.

El problema de la descentralización

El inadecuado manejo de los residuos sólidos tiene una relación directa con la incapacidad de los municipios para gestionar recursos y desarrollar estrategias que promuevan una cultura responsable. Para los académicos esto es resultado de los problemas que ha venido presentando la descentralización en el país, ya que “se ha pretendido tratar por igual a los desiguales, al darles las mismas funciones, competencias y responsabilidades”, indicó el profesor Manrique.

Además, señaló que “hoy la descentralización está en crisis; (ya que) se cuenta con muchos discursos y normas, pero en la práctica lo que no pasa en Bogotá, no existe”. Una realidad que requiere primordial atención, teniendo en cuenta que Colombia es uno de los países que suscribió la Nueva Agenda Urbana, en la que específicamente se compromete a adoptar decisiones descentralizadas relativas a la eliminación de desechos a fin de promover el acceso universal a los sistemas de gestión sostenible.

Educación e innovación

Para buscar una salida a este difícil panorama, los académicos propusieron una serie de recomendaciones que empiezan con el fomento de la educación y la innovación en la gestión integral de los residuos para promover la prevención, reutilización adecuada y la separación en la fuente.

Para el profesor Ramos, se requiere incentivar el denominado modelo “basura cero”, que implica la reducción de residuos en la generación, el reúso de los elementos y el reciclaje, desde el punto de vista de los ciudadanos. Y desde el sector empresarial, estimular el uso de elementos biodegradables y que puedan ser reutilizables, como parte de su responsabilidad social.

A lo anterior, Manrique agrega la necesidad de una coordinación institucional para atender de manera integral este problema; un esfuerzo por mejorar los sistemas de información, monitoreo, verificación sobre la situación del ciclo de producción, procesamiento y disposición final de los residuos sólidos y tomar enserio la economía circular, orientada a la rentilización de los materiales y el mantenimiento de su valor.

“La economía circular tiene que ser el patrón de comportamiento, acción y desarrollo económico y social para que de raíz se prevenga y se disminuya el daño que se produce con la producción de tantos residuos sólidos”, puntualizó el profesor.

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    Escrito por Paola Medellín

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