Escudo de la República de Colombia Escudo de la República de Colombia

La crisis climática y la transición energética en tiempos de negacionistas del cambio climático y ecologistas irresponsables

Publicado el Domingo, 22 Enero 2023, en Divulgación académica, Destacados

Las evidencias robustas sobre la crisis climática planetaria han presionado a algunos negacionistas del cambio climático (Donald Trump, Santiago Abascal, Jair Bolsonaro, Nicolas Sarkozy y los Hermanos Charles y David Koch) a reconocer de manera muy sutil que algo anda mal. 

Escrita por:

**Moisés Cetré Castillo

Pero esas mismas evidencias robustas han inducido a que algunos ecologistas irresponsables propongan medidas que pueden frenar las negociaciones e iniciativas que buscan alcanzar las metas para 2030, y ralentizar el objetivo final que es lograr la neutralidad climática para 2050.

Los ecologistas irresponsables (son por fortuna la minoría pero en algunos países tienen mucho poder), al igual que los economistas utópicos, son profesionales que buscan el bien común pero casi siempre sus propuestas son carentes de método, rigor y temporalidades precisas. Dentro del esquema mental de estos profesionales no existen contradicciones en el capitalismo (mundial y local), pero lo más cuestionable es que nunca incorporan aspectos como: a) la incertidumbre; b) las guerras- caso Rusia contra Ucrania; c) las propias crisis económicas, y d) las brechas estructurales entre regiones al interior de un país, y por tanto, para ellos las regiones tienen las mismas dotaciones factoriales. En dicho contexto la transición energética es un proceso lineal y casi que se logra en automático. Aunque la realidad cada día les contradice, ellos insisten en sus propuestas.

Algunos analistas de dicha tendencia han propagado una serie de imprecisiones  que es necesario aclarar por un tema de método. Es decir, es muy importante registrar así sea de manera muy general un conjunto de imprecisiones sin lo cual no se puede entrar en materia. Inicialmente hay que reconocer por lo menos siete mentiras muy preocupantes cuando se habla de crisis climática y transición energética.  

Primero. Un grupo de ecologistas irresponsables insisten en que hay que frenar el extractivismo en la minería para poder impulsar las energías renovables. Dicha afirmación es totalmente falsa. La granularidad más seria demuestra que en la medida que se profundizan y consolidan las energías renovables, los Estados nacionales deben producir y utilizar más minerales. Incluso, el tema es tan complejo que ya se conoce que no sólo se consumen más minerales, si no también más agua (las cifras del níquel son realmente alarmantes en materia de consumo de agua). Hay decenas de casos: pero para ambientar el debate, ya se sabe que en la fabricación de un carro eléctrico se gasta entre 5 y 7 veces más minerales que en la fabricación de un coche tradicional. De tal suerte que se deben profundizar las actividades extractivas si un país entra en el loable proceso de producir sus propios carros eléctricos.

Segundo. Con la fabricación del carro eléctrico se reducen a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero del sector transporte. Totalmente falso. Los carros eléctricos sí son parte de la solución. Pero los ecologistas irresponsables soslayan que vivimos en una economía de mercado. Es decir, que no basta con fabricar los carros. Hay que venderlos. Y hasta que se vendan se siguen utilizando los carros convencionales. Vender carros eléctricos no ha sido fácil en algunos países con una renta per cápita superior a la de Colombia. Es decir, los carros no se venden en automático en economías emergentes golpeadas por ingresos precarios. Sin embargo, también se debe reconocer que acá hablamos de la tendencia de largo plazo. Eso no invalida que en algunos países se pueden presentar un ligero Boom de venta de carros eléctricos, pero luego se aplana la curva. En efecto, hay algo más, la misma fabricación de los carros eléctricos también producen gases de efecto invernadero. Por esta razón hay que ser muy precisos a la hora de hablar del efecto neto de dicha actividad.

Tercero. No es cierto que sea bueno para Colombia dejar de producir petróleo, gas y carbón. Los ecologistas irresponsables se olvidan de que: a) Polonia produce carbón y el 70% de su energía la deriva de dicho mineral; b) Alemania quema mucho carbón para producir electricidad y ya reconocen que sólo hasta el 2030 esperan alcanzar un 80% de energías limpias en el mix eléctrico; c) Alemania acaba de desmantelar un parque eólico para hacer espacio a la mina de carbón de Garzweiler. Es decir, dicho país “se debate entre el sano deseo de descarbonizarse y la necesidad de asegurar en el corto plazo el suministro de energía en plena crisis energética por la guerra rusa-ucraníana” (en la visión de Elena G. Sevillano-El País de España, miércoles 16 de nov-pág 29); d) Si Colombia deja de producir petróleo, debe buscar el combustible que mueva los barcos, aviones, camiones, etc. 

La evidencia mundial muestra que la producción de energías renovables es insuficiente incluso en aquellos países que tienen una hoja de ruta más clara que el nuestro. Una cifra es demoledora. Para alcanzar el objetivo planetario de largo plazo del Acuerdo de París hace falta instalar 7.1 TW (teravatios) de capacidad de energía limpia desde la actualidad a 2030, pero los planes de los países llevarían a los 3.7 TW. En el entendido que todos los países cumplan con sus planes, y ya se conoce que en algunos países instalar un proyecto mediano de eólicas tarde entre 2 y 3 años; y e) Colombia, un país tomador de precios internacionales sin ninguna capacidad para imponer los precios del petróleo no puede jugar al superhéroe en un mundo tan disfuncional. La agencia Internacional de Energía y algunos investigadores de la talla de Vaclav Smil reconocen que nadie sabe cuántas centrales eléctricas que utilizan carbón hay en China. De ese tamaño es el caos.

Cuarto. Las energías renovables resuelven todas las ecuaciones en materia de sostenibilidad. Falso. La literatura consultada demuestra que la potencia generada por los llamados combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) es mucho más estable como sistema que las renovables. Debido a que no siempre hay vientos. No siempre hay sol. Ningún país está en capacidad de almacenar la energía que utiliza una área metropolitana. Por supuesto que hay que hacer el tránsito hacia las renovables, pero entendiendo con mucho cuidado los riesgos sistémicos de un modelo que será más vulnerable.

Quinto. Los combustibles fósiles son los principales culpables de la crisis climática. Parcialmente falso. Los culpables de la crisis somos nosotros como humanidad que no entendimos que ese modelo de consumo desbocado en algún momento hacía crisis. El consumo irresponsable y depredador es la razón central por la cual estamos enfrentando este gran desafío. Las energías renovables no van a resolver estructuralmente la crisis, si no se para de consumir de manera desaforada y casi que demencial. En resumen, la transición energética hay que hacerla pero no hay que hacerse ilusiones sobre los beneficios que trae. Es decir, desde mi punto de vista es imposible conservar el modelo de sobre explotación de los recursos apoyados únicamente en las energías renovables.

Sexto. Hay países que están pensando dejar en el subsuelo los combustibles fósiles. Falso. En economías emergentes es realmente absurdo y estúpido dejar una buena fuente de ingresos en el subsuelo. Sólo deben revisar el libro “energía y civilización” (de Vaclav Smil) para entender la complejidad de un tema tan estratégico para cualquier país que busque su propia autonomía energética y financiera. Pero además estos profesionales desconocen: a) estos combustibles fósiles pueden ser vitales para los nuevos desarrollos de productos y subproductos no emisores de CO2 y que ayuden  a consolidar el mix eléctrico;  b) ya existen laboratorios que están utilizando petróleo y gas para la fabricación de otros insumos claves para vida del futuro; y c) diversas agencias mundiales reconocen que ya en la actualidad se ha emitido a la atmósfera suficiente CO2 capaz de provocar las llamadas ANOMALÍAS CLIMÁTICAS. Es muy triste reconocerlo, pero ya hay tanto C02 en la atmósfera que la opción más realista es profundizar la transición para potenciar las políticas de adaptación y mitigación.

Séptimo. Las anomalías climáticas serán de bajo impacto. Falso. La anomalía climática es una desviación del valor de un elemento del clima respecto a su valor normal. Precisamente la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, NOAA, así como la American Meteorological Society o AMS por sus siglas en inglés han documentado la presencia de las llamadas anomalías climáticas notables. Los daños causados en vidas perdidas y en recursos monetarios por los huracanes Irma y María sólo son dos ejemplos palpables de que es mal negocio no aprovechar los recursos que se pueden derivar de la exploración y venta de los combustibles fósiles, dado que el daño a la atmósfera en buena medida ya se hizo. Estamos convencidos de que hay que profundizar la producción de energías renovables para mitigar los impactos del cambio climático y adaptarse a esta nueva realidad. Pero la información disponible nos muestra que los fósiles perdurarán por varias décadas en el míx eléctrico del país. No lustros, décadas. 

En conclusión, profundizar la transición energética requiere de mucho estudio, rigor y pragmatismo dado que estamos hablando de un proceso multisistémico. La experiencia alemana es muy aleccionadora. Muchos ecologistas irresponsables (de ese país) criticaron al ministro de Economía y Clima, el verde Robert Habeck por haber cerrado hace dos meses un parque eólico y echar andar una pequeña central de carbón que evitó muchas muertes. Los ecologistas irresponsables nuestros deben entender que la crisis climática en general, y la transición energética en particular no debe hacer perder de vista el futuro inmediato y los compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París, pero reconociendo que el país requiere de sus recursos existentes en el subsuelo (Sin Fracking). Cuidado y nos pasa como al asno de Buridán. Según la mitología, dicho animal murió mientras escogía que comer de dos opciones concretas.    

  • *006

    ** Profesor exclusivo Universidad Nacional de Colombia. Doctor en economía con énfasis en análisis industrial por la UNAM-México. Coordinador de Grupo de Estudios Urbanos y Regionales, Clasificación A1 de Colciencias. Correo: micetrec@unal.edu.co

    Las opiniones contenidas en este artículo no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.

    • Etiquetas: cambo climático, carbón, gas, hidrocarburos
    • Visitas: 2012
    • Calificar:
      4.4/5 Rating (7 votos)

    Consola de depuración de Joomla!

    Sesión

    Información del perfil

    Uso de la memoria

    Consultas de la base de datos