De acuerdo con los invitados, el área metropolitana conformada por los municipios de Valledupar,‌ ‌La‌ ‌Paz,‌ ‌Agustín‌ ‌Codazzi,‌ ‌San‌ ‌Diego‌ ‌y‌ ‌Manaure le apuesta a una integración a través del ordenamiento territorial y ambiental. 

Esta área, a diferencia de las demás legalmente constituidas en Colombia, tiene la particularidad de no presentar un fenómeno de conurbación entre los municipios que la conforman, sin embargo, “tiene otros fenómenos que fundamentaron su constitución, entre ellos, las relaciones urbano regionales, la cohesión social y los aspectos ecosistémicos”, explica Esperanza Charry.

De acuerdo con el director del AMV, los retos se encuentran inmersos en los instrumentos de planificación que rigen los destinos del esquema asociativo. “El primero tiene que ver con el ordenamiento territorial; si bien es cierto que no hay una conurbación entre estos municipios, sí hay características especiales dentro de cada territorio que prestan servicios bien sea ecosistémicos, sociales y/o económicos que permiten esta cohesión”, dijo. 

“Hemos decidido emprender una serie de acciones que nos permitan a corto, mediano y largo plazo poder ejecutar acciones de gobierno, de la mano de los diferentes mandatarios municipales, para darle continuidad al esquema asociativo territorial y afianzar la cohesión entre los territorios para lograr la integración del AMV”, añadió Andrés Arturo Fernández. 

La experta en planeación urbano regional señaló que los retos importantes del área se enmarcan en los hechos metropolitanos que la configuran, en relación a los fenómenos sociales, ambientales y económicos. “A corto plazo, la movilidad y la seguridad son temas importantes; a mediano plazo para darle sustentabilidad al desarrollo y a la equidad de los cinco municipios, el desafío es la gestión ambiental, del cual surgen proyectos fundamentales para garantizar los servicios ecosistémicos que requiere la población, la gestión del riesgo y la mitigación de los efectos del cambio climático”, indicó. 

El director del AMV precisó que si bien no son autoridad ambiental ya que no alcanzan el número de población establecido por la ley, tienen inmerso dentro de los hechos metropolitanos acciones y estrategias relacionadas con el ordenamiento territorial ambiental y la lucha contra el cambio climático. “Podemos ejercer una serie de acciones que permitan mitigar las afectaciones ambientales que compartimos con las ecoregiones estratégicas que hacen parte del área metropolitana como Serranía del Perijá, Sierra Nevada de Santa Marta y Valle del Río Cesar”, manifestó.  

“Propendemos por el cuidado y la conservación del medio ambiente, implementando estrategias como los esquemas de pago por servicios ambientales, cuidado y preservación del recurso hídrico, y todo lo relacionado con la conservación de los recursos ambientales”, sostuvo el funcionario. 

La arquitecta Charry agregó que “a partir de la formulación del PEMOT, el AMV tiene como premisa que del desarrollo rural, teniendo como base el medio ambiente, depende el desarrollo urbano sostenible del territorio. A pesar de no ser autoridad ambiental, el área, a través de su gestión urbano regional, genera un desarrollo ambiental urbano”. 

Impactos de la migración 

Andrés Fernández indicó que cuatro de los cinco que conforman el área son frontera con Venezuela, lo cual ha disparado exponencialmente los indicadores socieconómicos. “Esto nos obliga, a través de los hechos metropolitanos y los instrumentos de planificación, a realizar una serie de estrategias para mitigar los impactos negativos de este fenómeno”, sostuvo.  

De acuerdo con la especialista Esperanza Charry, esta migración ha ocasionado una carga demográfica que afecta las demandas sociales y los déficit. “Ha impactado los déficit de servicios públicos, de seguridad social y ciudadana. El reto en este aspecto es el ordenamiento ambiental del territorio, considerando que el equilibrio del desarrollo se encuentra cuando la oferta frente a estas demandas es adecuada”, expresó. 

En consecuencia, los invitados coincidieron en que el AMV propone como estrategia transversal un modelo de ocupación territorial sostenible partiendo de una estrategia a partir de la complementariedad y no de la competencia entre los municipios. “La estrategia es la integralidad de los cinco municipios, hacer del territorio uno solo a través del ordenamiento territorial, no tener fronteras municipales sino ir más allá para satisfacer las necesidades y demandas de la población”, puntualizó Charry.