“Profundos cambios se han sucedido en la historia del ordenamiento territorial colombiano, al igual que profundas continuidades se han dado”, así lo afirmó el profesor Fabio Zambrano en el Seminario internacional Ciudades, territorio y posconflicto realizado el pasado 27 de agosto en el marco del décimo aniversario del IEU.

El profesor Zambrano agregó además que en la historia del ordenamiento territorial colombiano encontramos cinco modelos, lógicas o etapas de organización del actual espacio colombiano. El primero se estableció como consecuencia de la conquista y obedeció a una lógica de fundar ciudades para explotar los recursos: mano de obra, minas y comercio. El segundo ocasionó una profunda dislocación espacial, debido a que el mayor número de las nuevas poblaciones se establecieron en tierras de laderas de las montañas andinas. La nueva red urbana presentaba varias novedades disruptivas del orden soñado por España en el siglo XVI. “El café se convirtió en el factor determinante de la urbanización colombiana y de la configuración del tercer ordenamiento territorial”, explicó el docente. Posteriormente el café pierde su dinamismo como determinante de la urbanización, pues la población de las ciudades cafeteras empieza a decrecer. Y aparece un cuarto ordenamiento territorial que “estuvo acompañado de un constante proceso de concentración de la población en algunas ciudades y el vaciado de otras”.

El quinto ordenamiento territorial está caracterizado por nuevas globalizaciones y el sistema urbano en el siglo XXI. Un fenómeno fundamental de este ordenamiento territorial es el que se está presentando en el interior de las aglomeraciones: el incremento de las desigualdades y un fuerte crecimiento de municipios, sin el acompañamiento institucional.

“Mientras que las ciudades centro, como Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga, en especial, de manera permanente mejoran las condiciones de vida para sus habitantes, las desigualdades con los entornos rurales se incrementan, al punto tal que las localidades más pobres de Bogotá se encuentran en mejores condiciones que las de los municipios vecinos” afirmó el profesor Zambrano. “Estamos anclados en el siglo XX pero las lógicas urbanas son del siglo XXI, por lo que en veinte años vamos a tener grandes ciudades en lugares insólitos”, puntualizó el docente.