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"El papel del agua en una ciudad como Bogotá"

Publicado el Domingo, 12 Septiembre 2021, en Divulgación académica, Destacados

De todas las determinantes para ordenar un territorio, el agua es el condicionante natural más importante en la toma de decisiones del uso y ocupación del suelo.

Páramo de Sumapaz, Bogotá / Foto cortesía William Dimaté

Liliana Ricardo Betancourt 
Arquitecta de la Universidad Nacional de Colombia, Especialista en Planficación del Desarrollo Urbano y Regional de la Universidad de Los Andes, Especialista en Gestión Pública Distrital de la UNAD y Diplomada en Espacio Público de la Universidad Piloto. lricardo848@gmail.com

En el caso específico de Bogotá y la región, el ordenador ambiental y de los recursos naturales está constituido por la estructura de cerros que envuelve o rodea la planicie, la gran reserva natural de Chingaza y Sumapaz, y el valle del río Bogotá, elementos que actúan como la columna vertebral del sistema hídrico y ecológico de la región; que a su vez es el ordenador de los sistemas de poblamiento, la red de ciudades y las actividades agropecuarias, por lo anterior, son las fuentes hídricas y sus zonas de amortiguación y protección, que cruzan y bordean la ciudad, los ejes potenciales del ordenamiento urbano. 

El POT de Bogotá, Decreto 190 de 2004, definió tres estructuras, la Estructura Ecológica principal, la Funcional y de Servicios, la Socioeconómica y Espacial. En la primera, se identificaron los cerros, el valle aluvial del río Bogotá y la planicie como componentes principales de parte de esta estructura basal, cuya función básica es la de “sostener y conducir la biodiversidad y los procesos ecológicos esenciales, a través del territorio del Distrito Capital, en sus diferentes formas e intensidades de ocupación, y dotar al mismo de bienes y servicios ambientales para el desarrollo sostenible, siendo su finalidad la conservación y recuperación de recursos naturales, como la biodiversidad, el agua, el aire y, en general, del ambiente deseable para el hombre, la fauna y la flora” (Alcaldía Mayor de Bogotá, POT, 2004, Art. 16,17 y 72). 

No obstante, por condiciones de pobreza y ausencia de control urbano, o por explotación descontrolada de los recursos naturales y por el incumplimiento al intervenir el territorio de lo contenido en la regulación ambiental, los espacios vitales de nacimientos de ríos, quebradas, cerros, humedales y zonas de reserva ambiental se siguen destinando principalmente a depósitos de aguas servidas, basuras, escombros, asentamientos ilegales y paso desmedido de infraestructura vial, seguimos canalizando, endureciendo el espacio vital del agua que tarde o temprano lo recobrará.

Según cálculos propios, que tienen como fuente los datos oficiales de algunas entidades, si la ciudad cuenta con un área urbana de 30.700 hectáreas (portal bogotá.gov.co) y se le descuentan las 800 hectáreas actuales que le quedan de humedales y las 1.830 hectáreas de parques (Alcaldía Mayor de Bogotá, Plan Maestro de Espacio Público PMEP, 2006), se deduce que el área urbana se ha estado endureciendo e impermeabilizando en casi el 92%1 de la superficie de la ciudad, sin un manejo adecuado de escorrentías y drenajes en lugar, como consecuencia de los efectos de la construcción predio a predio, de la invasión y desecamiento del suelo de protección, la canalización de los ríos y quebradas, y el aumento de la infraestructura vial, que se genera como consecuencia del incremento descontrolado del uso del vehículo particular. 

En conclusión, si evitamos seguir canalizando y endureciendo el espacio vital del agua, y en lugar de hacerlo preservamos sus fuentes; recuperamos sus cauces naturales para convertirlos en ejes estructurantes del ordenamiento y el desarrollo, contenemos la ocupación y urbanización de los bordes de la ciudad, entendidos como suelos ambientales necesarios para la conservación de sus fuentes hídricas; potencializamos el drenaje natural, con la protección del verde urbano en cada predio de la ciudad; evitamos la eliminación de los cordones verdes de los perfiles viales –vallados, separadores verdes, arborización existente– y armonizamos el manejo de la infraestructura vial que se localiza en las zonas de protección ambiental de los ríos, canales y quebradas, podremos acercarnos a una ciudad sostenible.

Si usted desea mayor información sobre esta temática puede consultar el artículo “El papel del agua en una ciudad como Bogotá” publicado en la revista “Ciudades, Estados y Política” del IEU.  Para tales efectos, ingrese a https://revistas.unal.edu.co/index.php/revcep/article/view/45288

  • Cálculos propios 2014, a partir de información estadística del Portal bogota.gov.co 2012 y el PMEP 2006.

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