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Eficiencia energética: un imperativo para el desarrollo de ciudades sostenibles

Publicado el Lunes, 25 Mayo 2020, en Divulgación académica, Destacados

Cada día es más evidente que las fuentes sostenibles para la generación de energía son la única opción de cara al futuro de los entornos urbanos. La transición hacia la energía renovable implica un cambio de fuente y la garantía de que ésta sea rentable, sostenible y beneficiosa para el desarrollo. 

Eficiencia energética urbana. Bogotá / Foto Milton Medina

 

En diálogo con el programa Observatorio de Gobierno Urbano, de UN Radio 98.5 FM, los profesores Gonzalo Manrique y Andrés Ibáñez, de la Universidad Nacional de Colombia sedes Medellín y Bogotá, respectivamente, analizaron el panorama de la producción de energía en el país y la necesaria transición hacia una mayor eficiencia en el contexto urbano. 

De acuerdo con Gonzalo Manrique, profesor asociado e investigador del Departamento de Economía de la U.N., las ciudades o metrópolis gastan el 60 % de la energía primaria y el 50 % del agua; aportan el 40 % del gas carbónico que se emite a la atmósfera y generan el 35 % de los desechos. 

Esto significa que para construir  ciudades sostenibles se debe empezar por incrementar la eficiencia en la producción, consumo y utilización de recursos naturales y energéticos que no alteren el medio ambiente, “lo cual es un desafío que se puede hacer con planeación, conocimiento científico y técnico, y una cultura del consumo de energía que esté atada a la convicción de que los recursos son escasos”, dijo el académico. 

Andrés Ibáñez, profesor de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la U.N., enfocó su intervención en la pregunta acerca de  cómo las acciones humanas y la arquitectura de las ciudades están en la capacidad no solo de reducir impactos ambientales negativos sino de producir impactos positivos.  

“En los últimos 10 años ha habido una tendencia a demostrar que la infraestructura de las ciudades pueden generar servicios ambientales o ecosistémicos, como la producción de oxígeno, evaporación, regulación del clima, mitigación del efecto de isla de calor, hábitat para la biodiversidad, y la posibilidad de que una ciudad genere energía”, agregó.  

En este sentido, señaló que las ciudades juegan un  papel muy importante para aplanar la curva del consumo y ampliar la de producción de capacidad eco productiva del planeta, dado que son el centro de la demanda de servicios ambientales y a su vez pueden ser generadoras de los mismos. 

Hacia la producción de energía renovable 

Según un informe del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Colombia tiene una producción energética diversificada con excedentes importantes para la exportación (especialmente petróleo y carbón). El sector transporte representa el 39.8% del consumo total, y los derivados del petróleo suministraron el 93.6% al sector. La industria consumió el 26.39% de la energía del país, con una mayor diversidad en las fuentes de energía, lideradas por el carbón (29.09%), gas natural (25.05%), bagazo (17.09%) y Electricidad (13.40%), entre las principales. 

El país también tiene un gran potencial para obtener energía eléctrica a partir del sol, no solo por su ubicación geográfica, sino por la matriz energética relativamente eficiente, que alimenta los consumos de los grandes centros urbanos, sin embargo, “hay un país olvidado donde vive el 20 % de la población que no sabe qué es internet o energía”, expresó el profesor Manrique. 

En consecuencia, el académico planteó que la energía solar puede ser el combustible para mover la economía de la sociedad; incluso, para las personas que viven en zonas no urbanas, la energía solar podría ser una alternativa si se hace desde una política pública con importantes inversiones y voluntad política, para afrontar la crisis del desempleo.

“Si Colombia logra introducirse en el camino hacia la sostenibilidad, necesita urgentemente desarrollos normativos, educativos y empresariales para hacerlo de manera organizada”, dijo. 

En términos de la energía solar para uso residencial, el profesor Ibáñez explicó que hay un problema de destiempo entre la oferta y la demanda con la energía solar, ya que los picos de producción se dan entre las 12 m. y las 3:00 p.m., mientras que el pico de consumo se genera a las 8:00 p.m. 

“Lo ideal es que haya unas redes interconectadas, de tal manera que los picos de producción de las viviendas puedan inyectar esta energía producida a la red”, puntualizó. Además, se requiere de voluntad política, que se complemente con iniciativas de redes ciudadanas o emprendimientos. 

La energía solar aplicada a los entornos urbanos resulta efectiva, ya que las terrazas y las paredes de las edificaciones podrían servir para la instalación de paneles que funcionen de manera eficiente, sin afectar las actividades normales, y que resulten rentables y sostenibles. 

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    Escrito por Paola Medellín 

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