Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Cundinamarca, Antioquia, Tolima, Boyacá, Huila, Santander, Cauca, Nariño, Meta y Caquetá, se encuentran en alerta roja por los deslizamientos provocados por las lluvias. Hasta el momento 43 personas murieron en los departamentos de Huila, Caldas, Antioquia, Risaralda, Santander y Cauca, a causa de deslizamientos de tierras y tormentas eléctricas.

El reporte más reciente del IDEAM indica que las lluvias continuarán hasta la primera semana de junio. En abril, se han registrado 111 eventos en 85 municipios del país. Se produjeron 34 por movimientos en masa, 32 por inundación, 25 por Vendaval, 17 por avenida torrencial y 3 por tormenta eléctrica.

“Los pronósticos son altamente confiables en la región Andina donde el clima es bimodal, pero en la zona de los llanos depende más de los monzones. Entonces cuando llega la temporada de lluvias, 21 de marzo a 22 de junio, se presentan todas estas emergencias”, explicó el académico.

Importancia de los bosques

La función de los bosques es regular el clima y repeler las lluvias, ya que descargan las nubes. “Infortunadamente, donde no hay bosques sino potreros cuando llegan las lluvias los ríos se crecen y empiezan a bajar caudales que geológicamente no están en capacidad de manejar”, señaló Duque.

Aunque la temporada de lluvias se presenta anualmente, se siguen registrando tragedias como las de Mocoa y Manizales en 2017 y la de Cauca este año, entre otras. “Si por los ríos de montaña baja más agua hay un encallamiento de las corrientes de los cauces por irrupción hacia el ducto y donde encuentran los valles de salida aparecen flujos de lodo y corrientes torrenciales, allí también encontramos poblaciones y por ello se generan tragedias. Sin embargo, este no es un problema de las montañas, en las planicies sucede lo mismo y más cuando se destruyen los humedales”, concluyó Duque.