En consecuencia, la visión ya no puede ser nacional, la seguridad debe ser analizada con una base urbana, conurbana y metropolitana, aseguró Isidro Sepúlveda, profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia - UNED (España) en el programa Observatorio de Gobierno Urbano de UN Radio.

En Colombia el concepto también ha cambiado y el profesor Fabio Zambrano Pantoja, coordinador de la Maestría en Gobierno Urbano del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia hizo referencia a esa evolución.

“Esto va a la par de una mayor socialización y extensión de los Derechos Humanos y una mayor conciencia de los mismos. También hay una mayor difusión de las cifras, hoy una forma de medir la gestión de un gobierno urbano es criminalidad, percepción del delito, percepción de la seguridad, número y tipo de delitos”, aseguró Zambrano.

Cifras versus percepción

Muchas veces el aumento o la disminución de la criminalidad no corresponden con la percepción del ciudadano, esto debido a varios factores, entre ellos, redes sociales y medios de comunicación. “Lo más importante es la percepción comunitaria, que se hace de la suma de las percepciones individuales y por tanto es trascendente lo que piensa cada uno de los ciudadanos”, comentó Sepúlveda.

Además el docente español afirmó que hay tres puntos centrales: la percepción individual es una cuestión subjetiva; la sociedad es influenciada por los medios de comunicación y las redes sociales; y la demanda a la seguridad.

Con la Constitución de 1991 se estableció que los alcaldes y gobernadores iban a ser electos mediante voto popular y, desde entonces, el tema de la seguridad cobra mucha relevancia en las campañas electorales.

“En esas épocas muchas veces hay un sobredimensionamiento de la inseguridad urbana y en esto los medios juegan un papel muy importante. Presentan todos los días la noticia de inseguridad, creando un ambiente de miedo”, consideró Zambrano.

Durante las campañas muchos candidatos proponen más pie de fuerza, sin embargo, los expertos señalan que ese no es una solución porque no ataca el problema.

“Decir que van a traer más policías es un elemento electoral muy fuerte pero dudoso. Sin embargo, un resultado es que cada vez más el espacio público es más pequeño, el miedo y la ruptura, las relaciones de vecindad y solidaridad, se van destruyendo y crea desconfianza hacia el vecino y la comunidad”, acotó Zambrano.

Por su parte, el profesor Sepúlveda indicó que el tema electoral es una doble paradoja. “Por una parte, los alcaldes prometen más seguridad y erróneamente señalan el pie de fuerza como el determinante de que va ver más o menos seguridad. Pero la legislación colombiana impide a los alcaldes aumentar el pie de fuerza porque no es suya sino del Estado”, aclaró.

Seguridad y criminalidad

Mejorar las tasas de criminalidad depende de los gobiernos, el fortalecimiento institucional y de cambio de la ciudadanía. “Todo esto influye sumado a la desactivación en los últimos 20 años de los carteles de la droga, la disminución de su presencia y sus capacidades en las grandes ciudades. En Colombia se está produciendo un efecto contrario a lo que está sucediendo en América latina, hay una disminución de la criminalidad en los últimos 30 años”, señaló Sepúlveda.

Finalmente Zambrano concluyó que “hay una descentralización de la criminalidad en las grandes ciudades, este delito está disminuyendo, pero en las intermedias y pequeñas está aumento, caso Cúcuta y Tumaco”.