La movilidad sostenible supone el uso de un modelo de transporte que mitigue los impactos negativos en el medio ambiente y procure una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, a partir de estrategias como el uso de sistemas integrados de transporte público, el uso de la bicicleta y otros vehículos que utilicen energías renovables, en remplazo del carro particular. Según estimaciones de World Wide Fund For Nature (WWF), alrededor de un cuarto de las emisiones globales de CO2 proviene del transporte de personas y bienes, lo que posiciona a la movilidad como uno de los mayores desafíos ambientales.

A pesar de que en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados en 2016, no se dedicó un punto a la movilidad, debido a la imposibilidad de articular las deferentes voces de este sector, en los puntos 7, 11 y 13, energía asequible y no contaminante, ciudades y comunidades sostenibles y acción por el clima, respectivamente, se incluyen algunos de los puntos centrales para alcanzar una movilidad sostenible.

Según el Banco Mundial, la movilidad sostenible se puede ver a partir de cuatro ejes: 1. Acceso equitativo, 2. Seguridad y protección, 3. Eficiencia y 4. Contaminación y respuesta al clima. Bajos eso objetivos la movilidad sostenible aporta a la consecución de los ODS, y permite ampliar las visiones sobre el transporte, que tradicionalmente se ha entendido únicamente a partir del costo-beneficio, mediado por la relación entre tiempos de viaje y eficiencia, para ver otro tipo de variables y factores que generan impactos negativos en la sociedad por la movilidad.

La Nueva Agenda Urbana, adoptada en la conferencia Hábitat III en Quito, Ecuador en 2016, estima que para el año 2050 la población urbana se duplicará, haciendo de la urbanización una de las tendencias más transformadoras en el siglo XXI. En la Agenda se reafirma el compromiso mundial con el desarrollo urbano sostenible, integrando los niveles locales, sub-nacionales, nacionales, regionales y mundiales, para alcanzar los ODS y la Agenda 2030.

La Nueva Agenda Urbana promueve una “movilidad urbana sostenible, segura y accesible para todos, así como sistemas de transporte de pasajeros y de carga que hacen un uso eficiente de los recursos y facilitan un vínculo efectivo entre las personas, los lugares, los bienes, los servicios y las oportunidades económicas” como parte de los ideales comunes de los firmantes y los modelos de ciudad y asentamientos humanos que se pretenden alcanzar con la adopción de la Agenda.

La iniciativa Movilidad Sostenible para Todos (SuM4All por sus siglas en inglés) del Banco Mundial, reúne expertos en transporte que buscan la transformación en este sector, mediante la integración de bancos multilaterales, organismos de las Naciones Unidas, donantes gubernamentales, organizaciones no gubernamentales, grupos de la sociedad civil y la academia, con el fin de aportar a la construcción de una movilidad que asegure la conexión a las personas y comunidades con sus trabajos, escuelas, servicios médicos, y bienes y servicios, en espacios rurales y urbanos.

Otros de los objetivos del SuM4All, es promover la movilidad eficiente que garantice una mayor demanda a bajo costo, reducir los accidentes en todos los modos de transporte y reducir la huella ambiental del sector para que se puedan mitigar los efectos del cambio climático. La integración de expertos en torno a esta iniciativa, promueve también una articulación intersectorial facilitando la planeación, financiación y ejecución de proyectos sostenibles en movilidad.