En Colombia hay muchas construcciones públicas y privadas que se encuentran en lista para ser demolidas o están en investigación por falta de control en la calidad de los materiales, estudios de suelos y falta de pagos de interventoría para los proyectos; no se plantean, las adecuadas estrategias de planeación y ejecución; además, se cuenta con una inicua práctica de bajar costos restringiendo materiales poniendo en riesgo la vida de las personas, incrementando el detrimento patrimonial y a su vez dejando en duda el profesionalismo de la ingeniería colombiana.

En los últimos años, la situación con la ingeniería colombiana es lamentable, la Agencia Nacional de Infraestructura – ANI reporta casos como: la voladura del puente Chirajara, ubicado en la vía Bogotá-Villavicencio, los edificios Space y Buenaventura, en Medellín, y la torre en el barrio Blas de Lezo, en Cartagena, que se desplomaron y dejaron víctimas fatales. Las anteriores casos se encuentran en investigación por parte de la Fiscalía y lo que se puede adelantar de estos casos es que estas edificaciones cumplían con todos los protocolos de la ingeniería y con el control urbano de los alcaldes municipales, además contaban con la inspección de la Policía, de conformidad con lo dispuesto por la Ley 1801 del 2016 (Código de Policía).

En el 2018 la construcción en Colombia cuenta con aspectos positivos; según la Cámara Colombiana de la Construcción - Camacol, esta tendrá un crecimiento del 4,6%, casi el doble de la economía en general, lo que es tendencia desde el año 2013 ya que como actividad económica viene creciendo alrededor de 10% en promedio; durante el 2015 presentó una leve expansión (3,69%) y un escaso repunte durante el 2016 y 2017 con un incremento aproximado de 4,1%. Se identifica dentro de estas estadísticas que el sector de las edificaciones no residenciales como el renglón que mayor crecimiento en el 2016 y 2017 con una variación anual del 8,6% que contrasta con una caída de 8,0% en obras residenciales; por su parte, la construcción de obras civiles reportó un incremento anual de 5,1% durante el 2017.

Martín Pérez, presidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos (SAI), dice que el sector de la construcción en Colombia, es sin duda, una de las propulsoras más significativas para el crecimiento económico del país. Los múltiples encadenamientos del sector, la capacidad de absorción de la fuerza de trabajo disponible y su efecto dinamizador en la economía dan cuenta de ello. La cadena de valor de la construcción articula un total de 27 subsectores económicos, dentro de los que se destacan los relacionados con la industria y la minería, así, de acuerdo con la matriz de utilización del Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, por cada peso en demanda de insumos de los sectores conexos a la construcción se generan 1.32 pesos nuevos en el aparato productivo en el país.

Innovación

La construcción es una labor que reúne muchas disciplinas, diferentes clases de productos, proveedores y que, como toda actividad empresarial, tiene una parte operativa, una comercial y otra administrativa. “Hay muchas formas de innovar, ya sea en el uso de materiales diferentes, en los diseños y requerimientos energéticos de los productos inmobiliarios que ofrecemos, en el tipo de producto, en la forma de financiar el producto a los clientes. En general, la actividad de la construcción está en una evolución continua que, a veces, se puede percibir lenta, pero sin duda es una evolución constante”, dijo Javier Cardona, director de FUNDACOL.

Las empresas de construcción en Colombia deben empezar a trabajar con metodologías y procesos sostenibles; por ejemplo, en el marco de la metodología Building Information Modeling (BIM), que permite una mejor gestión de la información y los procesos, además reduce el tiempo de ejecución de los proyectos y ayuda a la mano de obra a cumplir con eficiencia, según recalcó Cardona. A esto, afirmó, hay que agregarle la importancia de alcanzar la certificación de edificaciones sostenibles Excellence in Design for Greater Efficiencies (EDGE por sus siglas en inglés), la diversificación en la elaboración de materiales de la industria local y la conexión entre los trabajos de investigación que se desarrollan en las universidades con la realidad de las necesidades de la industria regional.

Calidad

La calidad se hace aún más importante en época de crisis en el sector de la construcción a pesar de que puedan existir discrepancias. En estos últimos años, la calidad se vuelve dispendiosa a la hora de lograr certificaciones por la competencia, internalización de los mercados y baja demanda de obras, la calidad puede suponer el elemento más importante y diferenciador. El sector de la construcción posee una serie de particularidades que hacen que su control de calidad puedan resultar más dificultoso o complejo que otros sectores productivos tales como:

- Calidad de los materiales

- Ahorros desmesurados en las obras publicas

 -Mano de obra no capacitada y gran rotación.

 - Plazo de ejecución determinado.

- Resistencia a los cambio en los sistemas de trabajo.

- Alta competencia del sector.

- Urbanización sostenible y amigable con el medio ambiente.

- Se realiza subcontratación de muchos de los procesos.