Las ciudades contemporáneas, sin lugar a dudas, plantean nuevos desafíos en términos de gestión y desarrollo urbano; en consecuencia, los modelos tradicionales de gobierno y ordenación del territorio han sido desbordados y esto obliga a repensar las formas de gobernanza de lo urbano.

Para Andrés Molano Rojas, profesor de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario y coautor de la reciente publicación del Instituto de Estudios Urbanos “Construcción de Metrópolis”, “hoy día, las grandes ciudades en todo el mundo, han roto los límites de lo municipal, no se debe entender la noción tradicional de lo urbano en términos del municipio, sino en términos de las aglomeraciones municipales”.

En Colombia existe un claro desfase entre la estructura político administrativa, el desarrollo de los conglomerados urbanos y las necesidades de ordenamiento territorial.

“Desde hace varios años han emergido formas de asociatividad territorial que responden a este fenómeno y son precisamente las áreas metropolitanas; una respuesta institucional a los problemas que plantea la metropolización de las ciudades”, indicó el profesor.

En su línea, estas son un nuevo espacio político que debe ser gobernado desde el nivel metropolitano, puesto que las gestiones de los asuntos públicos en las áreas metropolitanas son particularmente complejos, al no poder ser tratados de manera independiente.

“La metropolización del fenómeno urbano exige nuevas herramientas y diseños institucionales que reconozcan ese hecho metropolitano. Las megalópolis y las ciudades en general están requiriendo una aproximación tanto teórica, para analizar los fenómenos urbanos, como política, al momento de su gestión; superando los límites municipales con un enfoque más complejo”, expresó.

En Colombia ha predominado una aproximación a lo metropolitano con la óptica de la planeación y el ordenamiento territorial. Ello ha llevado a que el desarrollo de las áreas metropolitanas haya sido relativamente limitado.

En este sentido, para el profesor Molano “la formación del área metropolitana debe conducir al surgimiento de una autoridad, la cual puede estar dotada de un número amplio o reducido de competencias sobre un área geográfica definida, y poseer mayor o menor autonomía en la captación y el manejo de los recursos financieros”. Al respecto, explica que existen dos modelos básicos de asociación de los municipios para la conformación de una autoridad metropolitana: el modelo de gobierno supramunicipal y el modelo intermunicipal.

El modelo supramunicipal, basado en la creación de un autoridad metropolitana, con capacidad de decisión, recursos financieros propios y competencias definidas; y el modelo intermunicipal, basado en la relación horizontal de unidades urbanas, es esencialmente un mecanismo de coordinación entre las autoridades municipales que conforman el consejo metropolitano en el cual participan.

Las áreas metropolitanas no son solo importantes por los desafíos que representan para la gobernanza urbana. Como lo reafirma la Declaración de Montreal estas son centros de desarrollo económico y de generación de innovación.

Aunque ambos modelos tiene virtudes, que buscan garantizar de manera más eficiente y efectiva el ejercicio del derecho a la ciudad, lo cierto es que el modelo supramunicipal es mucho más efectivo porque dota al área metropolitana de competencias propias y autónomas que se imponen a los municipios que la integran, mientras que el modelo intermunicipal está más orientado a fortalecer la cooperación entre los municipios y respeta la autonomía y cercanía de los ciudadanos con sus autoridades de gobierno municipal, explicó el profesor.

No obstante, en Colombia los modelos tienden más al modelo intermunicipal y por lo tanto las áreas metropolitanas tienen un componente predominantemente administrativo, escaso de gobierno metropolitano, el cual implica una mayor capacidad de dirección en asuntos de política pública y toma de decisiones de carácter político.

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