Así lo señaló la profesora María Victoria Rojas Porras, docente adjunta de la Maestría en Seguridad Alimentaria y Nutricional del Departamento de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá, invitada al programa Observatorio de Gobierno Urbano, que se emite por UN Radio.

De acuerdo con la académica, para alcanzar una seguridad alimentaria genuina es necesario que haya soberanía alimentaria; el punto de encuentro entre las dos es garantizar el derecho a la alimentación.

“El fin de la soberanía alimentaria es que las políticas neoliberales para la producción de alimentos y la falta de reconocimiento de los territorios y de los derechos de las comunidades, cambien. Estos dos factores representan el problema del sistema alimentario, que a su vez genera dos manifestaciones de malnutrición: desnutrición y exceso de peso”, explicó Rojas.

Para la profesora de la UN con un sistema alimentario monopolizado por la industria “no vamos a alcanzar una seguridad alimentaria, es decir, que haya disponibilidad, acceso de alimentos inocuos, de calidad y saludables, que se puedan consumir de manera oportuna y permanente”.

En consecuencia, aseguró que “falta que los productores pequeños, campesinos, sean tenidos en cuenta en el sistema alimentario, dado que, aunque nos siguen alimentando, están en condiciones difíciles de baja rentabilidad”. Para tal fin, indicó que urge la implementación de la reforma agraria pactada en el acuerdo de paz con las Farc.

Patrones de alimentación

Entre tanto, Diana Vivas, abogada de la fundación Educar Consumidor, señaló que en Colombia el 74 % de los niños en edad escolar consumen una o más veces bebidas azucaradas y nueve de cada 10 escolares no cumplen con el requerimiento de verduras y frutas en su alimentación. 

“Vemos que  los patrones de alimentación están cambiando tanto que las personas ya no están alimentándose, sino que por el contrario están consumiendo alimentos que perjudican su salud”, expresó.

En este contexto, mencionó algunas estrategias que a nivel internacional se han adoptado para cambiar este problemático fenómeno. Una de ellas es que las personas puedan tener claridad de qué es lo que contienen realmente los productos que consumen:

“Un etiquetado que en el frente del paquete diga si tiene exceso de azúcar, sodio y grasas. Esto le informa claramente a la persona qué tipo de producto está consumiendo”, dijo. 

Otra política es establecer impuestos a productos nocivos. “Este impuesto busca desincentivar el consumo de productos nocivos. En Colombia estamos abogando, con otras organizaciones civiles, por un impuesto a las bebidas azucaradas para reducir su consumo”, afirmó.

La abogada también resaltó medidas como la restricción a la publicidad de productos que se han comprobado son nocivos para la salud y la promoción de tiendas escolares saludables en los centros educativos del país.

Además, destacó la importancia de rescatar la producción de alimentos campesina de manera sostenible. “Colombia necesita urgentemente tomar medidas para promover la producción local de alimentos, acompañado del rescate de las cocinas y comidas tradicionales”, expresó.

Finalmente, las dos expertas hicieron un llamado a los creadores de las políticas públicas, tomadores de decisiones y consumidores para que de manera conjunta se cambien los patrones de alimentación y se genere un entorno saludable.

“Llamar a que desde los consumidores seamos conscientes de que son los productos de la tierra los que realmente alimentan, los que producen los campesinos”, puntualizó Vivas.