El coronavirus llegó a la región en un contexto de bajo crecimiento, alta desigualdad y vulnerabilidad, tendencias crecientes en la pobreza y pobreza extrema, debilitamiento de la cohesión social y manifestaciones de descontento popular, dice la Cepal en el informe especial “El desafío social en tiempos del COVID-19”. 

El economista Roberto Angulo, socio fundador de la firma Inclusión, asegura que en los últimos 15 años América Latina tuvo una reducción de la pobreza y aumento de la clase media marcada por una alta informalidad y fragilidad. “Se trata de una clase media que no necesariamente estaba cohesionada a sistemas de protección social robustos y empleos formales”, señala. 

“El confinamiento producto de la pandemia es un meteorito a ese bienestar social, que afecta en mayor medida a la población pobre y vulnerable y a la parte baja de la clase media. Esta situación va a involucionar los logros de la región en materia de pobreza y desigualdad”, advierte. 

De acuerdo con la Cepal, en la región existe una alta proporción de empleos informales: en 2018 solo el 47,4 % de los ocupados aportaba al sistema de pensiones y más del 20 % de ellos vivía en la pobreza. Las mujeres, las jóvenes, los indígenas, los afrodescendientes y los migrantes representan el mayor número de los trabajadores informales. 

El organismo regional prevé una caída del 5,3 % del PIB y un aumento del desempleo de 3,4 puntos porcentuales, lo cual podría significar que en 2020 la pobreza en América Latina aumentaría al menos 4,4 %. En este panorama la población pobre alcanzaría un total de 214,7 millones de personas y la población en pobreza extrema un total de 83,4 millones de personas.

“La situación es muy preocupante. Se presenta una lesión en el tejido productivo, destrucción del trabajo formal y un golpe en términos de ingresos y condiciones de vida de los hogares. Vamos a perder logros de años en la región, pero esto se debe en parte a que estos logros no se habían decantado en sistemas de protección sólidos”, considera Angulo. 

Manejo de la pandemia y su impacto en la pobreza 

El manejo y los efectos de la pandemia son diferentes en cada uno de los países, por tanto, el incremento de la pobreza y la pobreza extrema proyectado varía. En su informe especial, la Cepal plantea tres escenarios (bajo, medio y alto) de la evolución de esta condición en 17 países de la región. “En el escenario medio, la pobreza aumentaría 4,4 puntos porcentuales; en el escenario bajo, 3,4 puntos porcentuales, y en el alto, 5,5 puntos porcentuales”, estima el organismo. 

Aunque la situación en la región aún es incierta para determinar si los países que tomaron medidas tempranas para enfrentar la pandemia - como Colombia y Perú - tendrán menores afectaciones en la pobreza, respecto a los países que tuvieron reacciones tardías - como México y Brasil, “es de resaltar que las respuestas rápidas generaron unas capacidades importantes para enfrentar lo que viene”, dice el economista.

“La ventaja de Colombia, por ejemplo, es que logró ampliar su plataforma de transferencias monetarias de forma sustancial. Según el estudio de Jairo Núñez, de Fedesarrollo, las transferencias monetarias de la Nación mitigaron el impacto en los ingresos en un 40%, hasta ahora. Las transferencias monetarias nunca van a reemplazar el tejido productivo pero son un complemento y un amortiguador”, explica Angulo. 

Según las proyecciones de la Cepal, entre los países que muestran un mayor aumento de pobreza y pobreza extrema en el escenario alto están justamente México y Brasil, dos de los países de la región que reaccionaron tardíamente a la pandemia . Por tanto, queda pendiente para los análisis posteriores a la crisis, determinar qué tanto influenció el manejo de la pandemia en el impacto sobre la pobreza y el desarrollo social.  

Ciudades como motores de desarrollo

La Cepal señala que la pandemia tiene un impacto discriminado en diversos grupos de población y su capacidad de respuesta. La imposibilidad de trabajar desde el domicilio, las condiciones de hacinamiento y la falta de acceso a agua y saneamiento, condiciones comunes de la informalidad en las ciudades de América Latina, aumentan el riesgo de infección de la población en situación de pobreza y vulnerabilidad. 

Las ciudades, dice el economista Angulo, han impulsado el contagio del Covid-19 pero son, a su vez, los centros de recuperación económica. “Estamos enfrentando una paradoja: la aglomeración económica es el motor del crecimiento pero el concepto de aglomeración está aparentemente en contravía del distanciamiento social que exige el control de la pandemia”, sostiene. 

“Esta paradoja solo puede ser resuelta modificando las cadenas de valor de la producción con tecnología, protocolos y nuevas funciones de producción e innovación; estas soluciones escencialmente nacerán en las ciudades, que son nuestras fábricas de ideas”, considera. 

En suma, la Cepal afirma que para salir de la crisis es necesario repensar el modelo de desarrollo y consolidar las dimensiones económicas, sociales y ambientales del desarrollo sostenible.