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El teatro bogotano, arte en crisis que sobrevive por la fuerza de la creación

Publicado el Monday, 01 March 2021, en Divulgación académica, Destacados

Tal como lo señala la Unesco, la cultura y el patrimonio son motores e impulsores esenciales del desarrollo urbano sostenible. La cultura y sus expresiones en el territorio son parte de la vida de los habitantes, de su entretenimiento y bienestar. Desde el primer confinamiento en marzo de 2020, los espacios culturales de las ciudades fueron los primeros en cerrar sus puertas al público y han sido los últimos en abrir. 

Teatro Santafé

 

Según la Cuenta Satélite de Cultura y Economía Creativa de Bogotá (CSCECB), en 2019 el número de personas ocupadas en las actividades de la cultura y la economía creativa en la capital fue de 175.346, lo que representa el 4,19 % del total de ocupados de la ciudad. Las mediciones muestran que, a nivel nacional, la ciudad representa el 29,4 % del total de colombianos ocupados en actividades culturales y creativas.

Esta Cuenta de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte estima que en 2020 las medidas de confinamiento generaron una reducción de ingresos de 354.000 millones de pesos al mes (95.847.661 USD aprox.) en las actividades productivas formales del sector cultural y creativo en Bogotá, afectando a la totalidad de la cadena de valor.

"La llegada repentina del Covid-19 fue un enorme desafío para nuestro sector de Cultura, Recreación y Deporte, lo que nos representó acelerar muchas de las iniciativas que tenían ya un cronograma, pero que, sin duda, ampliaron la fuerza creativa de todo el sector y de los ciudadanos”, expresa el secretario de Cultura, Nicolás Montero Domínguez.  "El arte, la cultura, la actividad física, la recreación, la lectura, la danza y el deporte han sido constantemente noticias positivas para los bogotanos y han sido compañía, esperanza, bienestar y salud mental para todos en esta pandemia", agrega. 

¿Cómo se ha mantenido la actividad cultural en medio de los confinamientos? A través de medios virtuales. En algunos casos la pandemia impulsó el fortalecimiento de los canales digitales de distintos escenarios de la ciudad y en otros permitió el salto a lo digital de actividades que hasta la fecha solo se realizaban de manera presencial. 

"Las tecnologías digitales nos han dejado y continúan dejándonos saldos pedagógicos, y los pequeños formatos siguen siendo una ruta fundamental para reencontrarnos de manera segura y posibilitando de nuevo la continuidad del encuentro con el otro, ahora de nuevas maneras", sostiene el secretario Montero.  

El arte y la cultura, pacientes en crisis 

El teatro, y toda su cadena de valor, ha sido uno de los sectores más afectados por el cierre de espacios que implica la pandemia. Juan Ricardo Gómez, director del Teatro Santafé, afirma que de 16 personas empleadas que tenía el teatro hoy no está ni la mitad. A esto se suma la pérdida del empleo de los más de 60 artistas que de miércoles a domingo presentaban sus obras. 

Esta situación se repite en grandes y pequeños teatros, y en grupos independientes de arte, música, teatro, danza, títeres, circo, entre otros. Rodrigo Rodríguez, director de Ditirambo Teatro relata la difícil situación que atraviesan, paradójicamente,  a raíz del beneficio obtenido para la adecuación de una de sus salas  a partir de la aplicación de la Ley del Espectáculo Público. Recibir este estímulo contempla garantizar el sostenimiento del escenario por un mínimo de 10 años, es decir, que el contrato de arrendamiento entre el teatro y el propietario del espacio debía tener esta duración. 

"La Ley no contempló situaciones de caso fortuito y fuerza mayor para deshacer el convenio. El Ministerio de Cultura y la Secretaría de Cultura se han lavado las manos y nos han puesto en conflicto con el propietario de la sede. En este momento debemos 74 millones de pesos en arriendo", reconoce Rodríguez. "No hay un plan de salvamento para las salas en arriendo beneficiarias de la ley, sin este estímulo hubiéramos podido, por lo menos, entregar el espacio al dueño", insiste. Dadas las circunstancias, se ha abierto la posibilidad de alquilar el espacio para otros fines "pero todo el mundo está en una situación compleja", señala. 

LaCasaDeLosTiteresLa suerte de La Casa de los Títeres del grupo Teatro Comunidad no fue mejor. Esta compañía con más de 30 años de trabajo para la primera infancia del país tuvo que cerrar su sede al público definitivamente por falta de recursos económicos para su sostenimiento. "Por ahora nos sirve como sede de ensayos y como el espacio donde Teatro Comunidad sigue generando contenidos virtuales y sosteniendo su proyecto artístico, pero para el público se cerró", afirma Esmeralda Quintana López, fundadora del grupo.  

Con el cierre de colegios, guarderías y demás instituciones de primera infancia, esta compañía de música, teatro y títeres perdió a su público principal. También se pierde un espacio de encuentro entre los titiriteros de Bogotá, donde se hacían reuniones, asambleas y hasta un taller permanente de escuela de formación titiritera. "Un grupo con 30 años de estar trabajando para los niños y para la ciudad se merece un apoyo para tener un espacio propio", dice la actriz Esmeralda Quintana. 

Fabio Rubiano, director del Teatro Petra, asegura que a pesar de las dificultades que han pasado, mantuvieron la nómina del equipo administrativo con sueldos del 50 % o 75 %. "Lo que hicimos desde el primer día fue hacer material audiovisual, sonoro, a escribir nuevas piezas e inventarnos proyectos", cuenta el actor. Pero el cierre paraliza toda una cadena de valor que orbita alrededor de un teatro independiente: son entre 40 y 50 personas las que dependen directa e indirectamente de que el espacio esté en funcionamiento. 

Escenarios públicos como el Teatro Jorge Eliécer Gaitán y el Planetario, fortalecieron sus espacios virtuales, según indica el secretario de Cultura, Nicolás Montero. "Los programas y líneas estratégicas ofrecieron cada día nuevas posibilidades del arte en todas sus expresiones; y así hicieron lo propio, muchos de los equipamientos culturales de la ciudad, lo cual nos permitió nunca parar y estar siempre al lado de los ciudadanos”, resalta. 

En la misma dirección, añade el secretario, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, las actividades recreativas y los museos, entre otros, promovieron sus desarrollos a través de la cercanía digital y pequeños formatos. "Ahora, en estos procesos de reactivación en los que hemos avanzado, están retornando las artes escénicas a las salas principales de los teatros, varias galerías y museos", señala. 

Un sector cojo que intenta caminar… 

Fabio Rubiano considera que el sector está ‘cojo’ porque su trabajo se basa en la creación, producción y circulación. "Desde la pandemia seguimos creando, pero la producción se dificulta y la circulación es nula", expresa. Los actores coinciden en varios aspectos, entre ellos que ninguna de las actividades artísticas pararon del todo. En los tiempos de confinamiento y cierre de sus espacios, se dedicaron a crear nuevos productos y a ofrecer su contenido renovado y adaptado a través de plataformas virtuales, unos con mejor suerte que otros. 

También concuerdan en que no han recibido mayor apoyo por parte del sector público para paliar la crisis y seguir funcionando. Si bien reconocen que existen concursos y convocatorias, afirman que los recursos siguen siendo insuficientes para un sector que venía en déficit desde antes de la pandemia. "Lo artístico ha sido muy prolifero porque lo creativo no se detiene; ha sido costumbre trabajar con o sin dinero, con o sin apoyo del Gobierno", expresa Rodrigo Rodríguez.

"Se anunciaron muchas cosas, pero tengo la sensación que los recursos se fueron ejecutando de manera acelerada y desorganizada al final de año (...) Nos ponen a competir entre los colegas por una migaja", considera Esmeralda Quintana. 

"El Ministerio de Cultura y la Secretaría de Cultura se la juegan por el sector pero no tienen los suficientes recursos", agrega Fabio Rubiano. 

Por el lado de la Secretaría de Cultura se resalta una serie de estrategias y programas para apoyar al sector en la ciudad, entre ellos la creación de una bolsa solidaria con recursos para atender una gran línea de vulnerabilidad. También se abrieron oportunidades para potenciar el trabajo de los artistas mediante el Programa de Estímulos y el Programa Distrital de apoyos Concertados. "Para este 2021 ya lanzamos el nuevo Portafolio en el cual se han destinados más de $12.800 millones para los agentes artísticos, culturales y patrimoniales de Bogotá que desean fortalecer sus iniciativas, proyectos y procesos", anuncia el funcionario.

Además, lograron el reconocimiento de 12 distritos creativos en Bogotá, siendo la ciudad con más distritos creativos del país, “reconocimiento que favorece la reactivación económica y social y la dinamización de territorios culturales para el goce y disfrute de todos los habitantes de Bogotá", manifiesta el secretario. Se tiene prevista la entrega y puesta en marcha de cuatro equipamientos en la localidad de Ciudad Bolívar: Teatro el Ensueño, Pilona 10 y 20, y Mirador El Paraíso. 

Por ahora los directores y actores esperan que aumente el aforo permitido en sus teatros para hacer rentable su funcionamiento. En la mayoría de los casos, resulta más económico mantener cerrado que abrir al público por los gastos logísticos que esto implica. Sin embargo, están dispuestos, los que todavía pueden, a mantener sus salas abiertas, "seguiremos ensayando, creando, estrenando y prestando nuestros servicios sociales y artísticos", dice Rodrigo Rodríguez.  

¿Qué pasa con una ciudad sin espacios culturales? “lo que está pasando”, explica el actor Fabio Rubiano. "La forma de socialización empieza a traducirse en fiestas clandestinas sin cuidados de salud. El teatro es una disculpa para socializar"

Para el secretario de Cultura, “el 2020 pasará a la historia como uno de los años más retadores para el sector cultural en el mundo y en la ciudad, pero también quedará en nuestra memoria como el año que, al retar las capacidades institucionales, nos permitió impulsar transformaciones normativas, priorización de servicios, fortalecimiento tecnológico y nuevas herramientas técnicas y humanas, todas ellas al servicio de la ciudad para este 2021”. 

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    Escrito por Paola Medellín Aranguren

    Las opiniones contenidas en este artículo no expresan la posición institucional del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia.

    • Etiquetas: arte, Ciudad, Cultura, Pandemia, Teatro
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