¿Será ésta una de las razones por la que algunos sostienen que Bogotá no debería ser la capital de Colombia? ¿Debería ser otra ciudad la capital del país? Este ha sido uno de los interrogantes planteado los últimos días a partir de la iniciativa del Representante a la Cámara, César Lorduy, dirigida trasladar los ministerios a las regiones, lo que implicaría una reestructuración administrativa del nivel nacional con grandes repercusiones  sobre la dinámica de la ciudad capital.

 Datos históricos

El 6 de agosto de 1538 Bogotá fue fundada como capital del Nuevo Reino de Granada por el conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada. En la época de dominio español y desde 1991 hasta el año 2000 fue llamada Santafé de Bogotá, capital de la República de Colombia y del departamento de Cundinamarca. La ciudad es administrada como Distrito Capital, por ello goza de autonomía para la gestión de sus intereses dentro de los límites de la Constitución y la ley. Según lo indicó el profesor del Instituto de Estudios Urbanos Fernando Montenegro. “A diferencia de los demás distritos de Colombia, Bogotá es una entidad territorial de primer orden, con las atribuciones administrativas que la ley confiere a los departamentos. Está constituida por 20 localidades y es el epicentro político, económico, administrativo, industrial, artístico, cultural, deportivo y turístico del país”.

Según The Economist, en el plano económico “Bogotá se destaca por su fortaleza económica asociada al tamaño de su producción, las facilidades para crear empresas y hacer negocios, la madurez financiera, la atracción de empresas globales y la calidad de su capital humano; es el principal mercado de Colombia y de la Región Andina, y el primer destino de la inversión extranjera directa que llega a Colombia (70 %)”. ​

Adicionalmente afirma que “Bogotá tiene el mayor Producto Interno Bruto - PIB nominal y per cápita del país, aportando la mayor parte al total nacional (24,5 %), y es la sexta ciudad por tamaño del PIB en Latinoamérica, ​ igualmente es la plataforma empresarial más grande de Colombia en donde ocurren la mayoría de los emprendimientos de alto impacto”.

¿Qué opinan los expertos sobre la iniciativa?

Para el profesor Montenegro, cambiar la capital de país, es como modificar el nombre de Colombia, las capitales en los países latinoamericanos fundamentalmente están dadas por las circunstancias territoriales con las cuales se creó el territorio. “Existe toda una noción territorial del por que ciertas ciudades son las capitales de los Estados; realmente cambiar no tiene mucho sentido y no trae ninguna solución”. Precisó el académico

Por el contrario, cambiar de capital traería innumerables problemas de índole económico relacionados con el traslado físico de las entidades de gobierno, el cambio del recurso humano necesario para su funcionamiento y la transformación de la dinámica generada por la presencia de las entidades del gobierno central. “Este es un Estado de estructura muy clara y precisa de carácter centralista generada fundamentalmente en la ocupación territorial, eso no solo en Colombia sino en todos los países latinoamericanos”. Sostuvo Montenegro.

¿En qué países del mundo se ha logrado cambiar de capital?

Uno de los casos de mayor resonancia desde mediados del siglo XX es el caso de Brasil. El profesor Montenegro señaló sobre el particular que dicha alterativa surgió como consecuencia de un problema de desocupación del centro del país, a raíz de lo cual apareció la idea de Brasilia. No obstante, si se indaga con mayor atención el poder financiero y capitalista de Brasil sigue siendo Sao Paulo y Río de Janeiro, ciudades que continúan con los mismos problemas urbanos derivados de la enorme aglomeración.

“Eso les costó bastante dinero, pero tenían una opción muy clara a futuro y era que necesitaban cambiar la estructura territorial y ocupar una región que era bastante importante para el país. Esto a nosotros no se nos da, no necesitamos de eso, porque el país está ocupado.” En consecuencia, de acuerdo con el profesor Montenegro “no estamos preparados, ni es necesario, ni conduce a ninguna solución, ni produce ningún efecto positivo el querer cambiar a Bogotá como capital del país”.