El sector cultural, como promotor de la dinámica urbana, se encuentra en un momento crítico que lo lleva a la necesidad de buscar prácticas para sobrevivir y transformarse hacia nuevas expresiones culturales a través de plataformas digitales. 

En diálogo con el programa radial Observatorio de Gobierno Urbano, de UN Radio 98.5 FM, Gonzalo Castellanos, asesor de proyectos y políticas culturales, afirmó que durante los últimos 20 años en el país se han tratado de construir políticas con un sentido contemporáneo, que apuntan al diálogo, participación, corresponsabilidad de esfuerzos, entre otros aspectos, pero “dos meses han sido suficientes para poner al sector en una situación crítica”, dijo. 

Para Castellanos, entre los afectados directos por la pandemia del coronavirus están los artistas, gestores y trabajadores del sector; las empresas y fundaciones, y el acceso a la cultura por parte de la población. “El nivel de desempleo en Colombia supera el 20 % y entre los sectores más afectados, el tercero es el cultural”, manifestó. 

Al respecto, David García, director de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, señaló que en la capital del país hay 599 equipamientos culturales y ninguno está funcionando debido a la emergencia. Esto representa pérdidas por más de $350 mil millones de pesos desde el inicio de la cuarentena. 

“Durante décadas hemos tenido políticas culturales que poco han tratado de acoger y proteger a los artistas y las consecuencias las estamos viviendo en este momento”, indicó. 

No obstante, precisó Gonzalo Castellanos, plataformas como Netflix, Youtube o Amazon están creciendo, y como parte del ideal de que es necesario devolverle a la cultura parte de lo que genera, el experto consideró que “sería bueno que un porcentaje de los impuestos que estas plataformas pagan, se destinaran para financiar el sector cultural”.

En el caso de la música, David García sostuvo que la Orquesta Filarmónica de Bogotá y la Sinfónica Nacional de Colombia podrían considerarse privilegiados del sector, ya que reciben recursos públicos para su sostenimiento. “En el caso de la Filarmónica esto ha sido una oportunidad para llegar a más público por fuera de Bogotá, del país y del continente, a través de plataformas digitales”, resaltó. Con este beneficio, la Filarmónica ha iniciado un proceso de transformación hacia la digitalización de sus actividades, mediante grabaciones y conciertos virtuales. 

Falta de recursos para afrontar la crisis 

De acuerdo con Gonzalo Castellanos, aunque el gobierno nacional ha expedido medidas de emergencia para aliviar los impactos en el sector, los recursos siguen siendo “ínfimos”. “La falla está en la incapacidad del Estado de proveer presupuesto suficiente para la implementación de las políticas públicas culturales”, expresó. 

“La pobreza e inequidad en el país es el centro del problema en este análisis, en el sentido de que lo que está en juego es la capacidad del Estado para responder a una serie de demandas sociales”, agregó el gestor cultural. 

En este sentido, propuso políticas culturales cada vez más intersectoriales, para que la responsabilidad no recaiga únicamente en el Ministerio de Cultura y las secretarías territoriales, sino que se integren distintas visiones de la agenda pública en términos educativos, de tecnología de la información y las comunicaciones, hacienda pública, entre otros. 

“Es el momento de pensar cómo el país le apunta, desde las organizaciones, productores y el Estado, a una oferta cultural analógica y digital”, puntualizó.